Desde niño tuve todo tipo de perros; mestizos rescatados, labradores, huskies. Pero siempre admiré a una familia con Pastor Alemán, por sus innumerables capacidades, su inteligencia, temperamento y versatilidad.
Nuestro primer cachorro de registro llegó hace 25 años; llenó nuestra vida con una energía increíble, aire libre, alegrías y esperanza. Así descubrimos la raza más capaz e intuitiva; y su naturaleza nos motivó a aprender más.
Con gusto compartimos nuestra buena experiencia.
Empezamos a interactuar con quienes eligen al perro para llenar su vida de energía, con actividad divertida al aire libre, natural, sostenible, fresca.
Así, nuestro pastor alemán se convirtió en una lección de tolerancia, en un vivo reto a la paciencia, al equilibrio y a la planificación. La actividad la practicamos como deporte… y competir es darle alas a la esperanza.
La suerte y la fortuna no sirven de nada.
Nada llega de la noche a la mañana en el pastor alemán; los resultados se construyen con sacrificio, y cada cachorro es una nueva experiencia viva.
Pastor Alemán; familia por naturaleza.
por ASOVAL